La dieta cetogénica tiene un efecto positivo en el cerebro

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Veremos tres razones por las que la dieta cetogénica es excelente para usted y su cerebro.

Mayor energía

La falta de energía es un sentimiento demasiado familiar para la mayoría de nosotros. Como muchos de nosotros luchamos por sacar más tiempo de cada día, estamos constantemente cansados. Con cada uno de esos días, gradualmente nos volvemos más cansados ​​y lentos: nuestro rendimiento mental y nuestro impulso físico serán cada vez más bajos.

¡Pero hay buenas noticias! Las investigaciones han demostrado que quienes siguen una dieta cetogénica (cetona) pueden desarrollar una mayor función mitocondrial y una disminución de los radicales libres.

¿Qué significa esto específicamente para ti?
En pocas palabras, la función principal de las mitocondrias es procesar el consumo de alimentos y oxígeno y crear energía a partir de eso.

El aumento de la función mitocondrial equivale a más energía para sus células, lo que resulta en un aumento general de energía.

Los radicales libres se forman cuando el oxígeno interactúa con ciertas moléculas del cuerpo. Son muy reactivos, por lo que el peligro proviene del daño que pueden hacer a nuestras mitocondrias. Cuando esto sucede, las células pueden funcionar peor o morir.

Reducir la producción de radicales libres puede conducir a una mejor estabilidad y rendimiento neurológicos, lo que lleva a una mayor eficiencia energética en el cuerpo. En lugar de enfocar su cuerpo en eliminar el daño de los radicales libres, puede enfocarse en aumentar la energía.

La combinación de una dieta cetogénica con ejercicio no solo ayudará a aumentar la función mitocondrial, sino que también creará nuevas mitocondrias para compensar cualquier aumento de las necesidades energéticas.

Enfoque y alivio del estrés

Un síntoma común de una mala alimentación es la falta de agudeza mental, también conocida como niebla mental. Esto da como resultado una incapacidad para concentrarse en una tarea o procesar información.

Normalmente, hay dos moléculas en esta área: glutamato y GABA (ácido gamma-aminobutírico). El glutamato es el principal neurotransmisor excitador (estimula la estimulación) en el cuerpo y el GABA es el principal neurotransmisor inhibidor (reduce la estimulación).

La falta de atención y la falta de atención pueden ser causadas por demasiado glutamato y muy poco GABA. Esto sucederá si su cerebro tiene que usar glutamato y ácido glutámico como combustible, lo que deja pocos recursos para procesar en GABA. Cuando el cerebro usa solo glutamato, comenzará a procesarlo sin la capacidad de reducir la estimulación.

La investigación ha demostrado que las cetonas tienen la capacidad de procesar eficientemente glutamato adicional en GABA.

Al darle a su cerebro otra fuente de energía mientras descompone las cetonas, puede equilibrar la producción de neurotransmisores.

Este equilibrio (aumento de la producción de GABA) ayuda a reducir la activación excesiva de neuronas en el cerebro, lo que mejora la concentración mental. También se ha demostrado que el beneficio adicional de más GABA en el cerebro reduce el estrés y la ansiedad.

Función del cerebro

Los ácidos grasos, que incluyen ácidos como Omega-3 y Omega-6, son una parte importante del funcionamiento cognitivo. También juegan un papel importante en muchas otras cosas del cuerpo, como la prevención de enfermedades cardíacas. Estos ácidos omega forman parte de un grupo conocido como ácidos grasos esenciales.

Esto significa que su cuerpo no puede producirlos por sí solo porque los humanos no necesitan las enzimas desaturasa necesarias para producirlos. Deben consumirse directamente a través de alimentos o suplementos. Aquí es donde comienza la dieta cetogénica, una dieta rica en ácidos grasos esenciales.

Los datos mostraron que la típica "dieta occidental" es insuficiente para los ácidos grasos omega-3 esenciales.

Los ácidos grasos no solo constituyen la mayor parte del tejido cerebral, sino que son igualmente importantes en la función cerebral, con un vínculo directo con el aprendizaje, la memoria y las habilidades motoras.

La investigación ha demostrado la necesidad no solo de complementar su dieta con ácidos grasos esenciales, sino también de mantener la proporción adecuada de Omega-3 a Omega-6. En general, debes tratar de apuntar a una proporción entre 1: 1 y 1: 4 de Omega-3 a 6, lo cual es excelente para una dieta cetogénica porque consumimos muchos aceites saludables (como el aceite de oliva) que ayudan a equilibrar esta proporción.

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